CCS: Los Orígenes (AP version)

El pasado 25 de marzo el CCS, como llamamos al Club de los Calzones Solitarios, cumplió 1 año. Al 06 de abril de 2012, siendo las 9:06 pm acá en La Paz, México, somos 540.

Honestamente, yo pensé que la página de fans había nacido para morir, además de que andaba medio depre por esa época, realmente no veía como íbamos a mantenerla y a conseguir que alguien se interesará en esto. No me miren feo, honestamente, con las actividades tan demandantes de todas, lo veía imposible de mantener por tanto tiempo. Intentaré explicarlo con un poco de la historia, intentaré no aburrirlas.

Hace bastante tiempo, me interesé en los Fan Fictions, historias originales creadas a partir de personajes que ya habían sido creados por alguien más. En este caso de las películas de Crepúsculo. Leyendo estas historias conocí a AG, Patto o ciudadana del Capitolio (Los Juegos del Hambre) como le digo cuando la quiero molestar.

Entre sus datos dejó su cuenta de facebook, y la agregué ya que quería hacerle unas preguntas sobre una historia que me tiene picada (por cierto aprovecho para EXIGIR, si en mayúsculas, que me des capítulo nuevo de Remi). Con el tiempo empezamos a platicar más, en particular recuerdo haber empezado a compartir más de 4 frases seguidas con ella un día que tembló en su ciudad (Lima, Perú) y le pregunte como estaba y me empezó a platicar.

Con el tiempo empezamos a crear amistad. Un día se le ocurrió decirme que me iba a presentar a una amiga que también vivía en México, y que necesitaba gente que la acompañara a comprar libros y así. Así entró en escena Chiio. Lo que Patto no me explicó es que Chiio vive en Tijuana. Para las que no son mexicanas, les diré que en carretera, de La Paz a Tijuana son aproximadamente 24 horas. Aún así, Chiio y yo congeniamos bien y las pláticas se hicieron mejores.

Entre estas platicas vía muros de facebook, poco a poco conocí a dos personitas más que se volvieron muy especiales para mí, Kriito y Ross. Por alguna extraña razón, siendo de países diferentes (2 son de Perú, 1 de Colombia y 2 mexicanas) congeniamos MUY bien, las pláticas eran para morirse de risa, y el apoyo estaba a la orden del día, ya que gran parte de esas charlas trataban de hombres, relaciones y las mujeres y la posición que nos da la sociedad y nosotras mismas. Platicábamos con seriedad, pero también tontería y media con un un gran toque de humor.

En una de esas pláticas creo que fui yo quien dijo: “quien vea una de nuestras conversaciones pensará que estamos bien locas”. Alguien comentó que deberíamos compartir nuestra sabiduría con el resto, no estoy segura quien fue, pero si lo analizo, seguramente fue Patto. Pues bien, este fue el momento en el que la idea del Club salió.

Bien, los detalles los tengo borrosos, con decirles que no tenía ni idea de cuál era la contraseña de la cuenta de twitter, o que tenemos un correo del club. Eso lo descubrí hace unas semanas. Como les dije, estaba pasando por momentos muy fuertes, muy complicados, así que el fin de semana que el club adquirió nombre (no se con exactitud quien de ellas lo propuso, solo sé que está basado en el libro El Club de los Corazones Solitarios). El fin de semana entre el 22 y 25 de abril de 2011, quedaron abiertas la página de fans, el twitter y un blog. Entre todas creamos el reglamento, que en realidad es una especie de manifiesto bastante divertido, si no lo han leído se los recomiendo.

Un tiempo después entraron como administradoras dos personas más, Ari y Mel, amigas a quienes ya conozco desde hace bastante y a quienes quiero mucho, quienes empezaron a pasar y recomendar material para el espacio, y pues decidimos que se convirtieran en parte de la administración de este espacio, se lo ganaron. Ellas también son mexicanas y somos amigas desde antes de todo esto.

Pues bien, este espacio es producto de nuestra locura, la cual no tenemos ningún reparo en compartirla con ustedes, un espacio donde exteriorizamos nuestras experiencias personales, y estamos atentas a escuchar las suyas. Un espacio para apoyarnos y valorarnos, pero sobretodo, para pasarla bien y divertirnos. A un año de distancia, este se ha convertido en un espacio de escape, de “desestres”, de diversión.

¡Disfrútenlo! Que lo hacemos disfrutándolo.

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